Vamos a dormir la siesta!! El plan elaborado de una mentira.

Hoy el pollo me ha mentido. Pero no una de esa mentiras de las que a veces me suelta como la de decir que se ha lavado los dientes cuando siquiera ha pasado por el baño. No...
Ésta ha sido más elaborada. Y lo más triste ha sido descubrirlo.

Tranquilos, no he sido nada serio, ni nada grave. De hecho no me he enfadado con él. Simplemente me ha hecho pensar que hasta ahora no he debido hacerlo bien y toca replantear cómo abordar el tema.

Para que lo entendáis os cuento que ha pasado. Para ello tengo que retrotraerme a hace algo más de una semana…os diría que casi dos.

Desde que cambió el horario de salida del cole hemos andado un poco trastornados un poco en el gallinero. Llevamos unos días de calor insoportable y bochorno aún peor. Sumado a mi falta de descanso (he dormido muy mal toda mi vida) llevo 2 semanas echándome una siesta después de comer. Estos últimos días, según terminábamos de comer, el pollo me insistía en que estaba muy cansado y que él quería acostarse también… pero en su cuarto. A mí la idea me pareció perfecta ya que es verdad que el calor en general nos aplatana y se le veía cansadillo.

Así que todos estos estos días ambos nos íbamos a nuestros respectivos cuartos y dormíamos un ratito. Cuando me levantaba cada día un rato después (a veces una hora) me lo solía encontrar en el suelo de su cuarto jugando a los Legos. Eso me gustaba aún más, ya que últimamente estamos muy enganchados a las tecnologías (ambos, no vamos a negarlo) y que jugase a otra cosa compensaba un poco.

La cosa es que llevaba unos días percatándome de su insistencia por dormir y que yo me fuese a la cama y descansase. Venía casi a arroparme y me cerraba la puerta. La verdad es que de aquella no le daba importancia. Hasta que hoy al irnos a descansar me ha preguntado por su Tablet. La verdad es que no ha sonado raro. Me la pedía para ponerla a cargar. ¿Pero justo en ese momento? ¡Qué extraño!

Al decirle que luego podía ponerla a fruncido el ceño. Y llámame loca…o madre… pero en ese momento en mi cabeza todo ha cuadrado.

Imagino que ya sabéis lo que ha pasado todo este tiempo. El pollo no ha dormido ningún día. Ha estado jugando a la Tablet en lo que yo dormía. Y los primeros días acabó pillando la hora en la que me suelo despertar para dejar todo guardado y ponerse a jugar con los Legos (o hacer como que juega).

He cogido al niño, le he pedido la Tablet y con ella en mano le he contado mi descubrimiento. No ha podido negarlo.

En ese momento me he sentido mal, muy mal la verdad. El que conoce al pollo sabe que es un niño buenín y con muy poca maldad. Incluso te diría que le falta picardía. Pero esta vez no. ¡Vaya que sí tiene! el amigo.

En un primer momento casi me da hasta la risa. Me hacía gracia que hubiese llegado a chotearme con el tema de la siesta para jugar a la Tablet con sus amigos del cole. ¡Fíjate! Para lo que quiere es más espabilado de lo que parece. Le he explicado que no estaba enfadada ya que el pobre ha empezado a pedir perdón. Le he dicho que estaba dolida. Que yo confiaba en él y que todo esto me había puesto muy triste. Mi confianza hacia él se ha roto un poquito y ahora toca repararla.

Sobra decir que la Tablet no se ha vuelto a encender por hoy y que nuestra partida diaria a Minecraft tampoco la íbamos a jugar. La verdad es que sí creo que lo ha entendido porque en otras ocasiones por algo más trivial le he quitado el rato de Tablet (no suele ser más de media hora) y se pone hecho un mar de lágrimas y esta vez, se ha pasado la tarde sin rechistar y jugando con sus Legos junto a mí en la misma habitación, cosa que nunca hace. De hecho no sólo ha jugado sino que le ha dado por terminar de leer uno de los libros que tenía en su cuarto.

Ahora me toca ver como gestiono esto que ha pasado para que no vuelva a suceder. Y ahora mi mente está llena de miedos. Miedo a que me mienta. Miedo a que no confíe en mí. Miedo a no confiar en él. El pollo se va haciendo mayor y en ocasiones le noto tan lejos.

Pero bueno, partir de mañana se acabarán las siestas en el gallinero. Al menos por un tiempo. Quizá un par de días…

¿Y vosotros qué opinais? ¿Qué habríais hecho en mi caso? ¿Os ha pasado alguna vez? Contadme, me gustaría conocer vuestras experiencias.